A Chelsea fuimos a parar....
Siguiendo un consejo de nuestra guía de Nueva York para visitas a la ciudad de un día fuimos a parar al barrio de Chelsea. Refugio de la comunidad homosexual de la ciudad, de los artistas y los galeristas. La verdad es que no tuvo desperdicio la escapada. El barrio lo de siempre, una pequeña desilusión, casas bajas de unas 3 plantas y almacenes industriales, medio abandonados o sustituidos por amplias galerías de arte vanguardista.
Encontramos un bar de esos modernos, un lunch-coffe con música techno y lleno de gente joven a eso de las 18 horas -cuando la gente comienza la marcha en NYC. Nos tomamos un par de cervezas y cotilleamos un poquito. Allí se nos ocurrió echarle un vistazo a una tarjeta de publicidad que nos habían dado y vimos que había un espectáculo de danza contemporánea gratuito a un par de calles de donde nos encontrábamos. No lo dudamos y corrimos porque ya había empezado. El espectáculo una auténtica pasada. Se desarrollaba en un antiguo almacén rehabilitado como espacio artístico, donde bailarines y público nos encontrábamos mezclados entre los diferentes ambientes. Al finalizar salimos a la calle a unos 20 metros nos encontramos una inauguración en una galería con fiesta. Cervezas y Mojitos gratis y concierto de un performista -ya todo esto las 19.30 y sin cenar-, madre mía como acabamos.
Total que las 22 horas llegamos al hotel con un par de sandwiches de chorizo que habíamos pillao en un super destrozadísimos... y con la sensación de que aquello había que repetirlo.
Encontramos un bar de esos modernos, un lunch-coffe con música techno y lleno de gente joven a eso de las 18 horas -cuando la gente comienza la marcha en NYC. Nos tomamos un par de cervezas y cotilleamos un poquito. Allí se nos ocurrió echarle un vistazo a una tarjeta de publicidad que nos habían dado y vimos que había un espectáculo de danza contemporánea gratuito a un par de calles de donde nos encontrábamos. No lo dudamos y corrimos porque ya había empezado. El espectáculo una auténtica pasada. Se desarrollaba en un antiguo almacén rehabilitado como espacio artístico, donde bailarines y público nos encontrábamos mezclados entre los diferentes ambientes. Al finalizar salimos a la calle a unos 20 metros nos encontramos una inauguración en una galería con fiesta. Cervezas y Mojitos gratis y concierto de un performista -ya todo esto las 19.30 y sin cenar-, madre mía como acabamos.
Total que las 22 horas llegamos al hotel con un par de sandwiches de chorizo que habíamos pillao en un super destrozadísimos... y con la sensación de que aquello había que repetirlo.
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