Nuestro último capricho
Tres días nos restaban y en principio el plan consistía en seguir acercándonos a España por el sur, Nimes, Montpellier y Perpignan constituían nuestros últimos objetivos. La verad es que después de 16 ciudades andábamos demasiado saturados y había algo muy goloso a tiro de piedra: 15 euros y una noche de tren nos separaban de París.
París, ya la conocemos (habíamos estado en dos ocasiones anteriores) pero volver siempre es maravilloso, la posibilidad de pasear por un París soleado -eso anunciaba la prensa- sin prisas por tener que ver o visitar resultaba demasiado goloso, así que nos acercamos a la estación de Marsella para reservar nuestras "cuchetes".
París, ya la conocemos (habíamos estado en dos ocasiones anteriores) pero volver siempre es maravilloso, la posibilidad de pasear por un París soleado -eso anunciaba la prensa- sin prisas por tener que ver o visitar resultaba demasiado goloso, así que nos acercamos a la estación de Marsella para reservar nuestras "cuchetes".
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