Por fin!..... un lugar donde descansar

El ritmo de este viaje es tremendo y el cansancio físico puede ya más que nuestro espíritu. Quizás lo peor sea eso de cada mañana cerrar la mochila y partir a un nuevo destino, sobre todo porque en los alojamientos por aquí en Francia hasta las 5 de la tarde no te dejan tumbarte en la cama, así que toca dejar el equipaje y sin descansar largarte a dar un paseo (bueno en nuestro caso, un paseazo).

La mañana del jueves nos sorprendió nuestra amiga Lucie con su oferta de alojarnos en su casa de Marsella, cómo íbamos a negarnos.... por fin!, un lugar donde descansar. Y eso hicimos, preparamos un plato de albóndigas en salsa (de unas latas que llevábamos) con patatas fritas (qué bueno!!!!), una ducha y a la cama a por la siesta.