martes, agosto 29, 2006

Otra plaga, la de los Nails

Sólo hay una cosa en esta ciudad que puede aspirar a superar en número a las lavanderías -y no son las hamburgueserías o los puestos de perritos calientes. Allá por donde vas, también en los barrios pobres, aunque menos, aparecen enormes carteles de "Nails".

Son locales con enormes y relajantes sillones, llenos de chicas hispanas dispuestas a darte un masaje de pies o pintarte/arreglarte/ponerte uñas postizas. Las neoyorquinas aman estos minutos de atención personal.

Os podeis figurar la cara de envidia -a mi por lo de las uñas no, que conste- que nos da ver esos sillones y los masajitos cada vez que pasamos por delante de uno de esos Salones del placer.

Nunca vi algo parecido en ninguna otra ciudad europea, desconozco si por aquí es algo habitual.