sábado, agosto 28, 2004

Un soleado Sabbath

¡Por Fin!, un día con sol... y Todo el Día! Este sábado estaba dedicado a terminar con la visita de las ciudades Flamencas de Bélgica: Amberes y Lovaina. La visita prometía mucho, la primera la ciudad de los judíos y de los diamantes; la segunda la capital universitaria de Bélgica.

Pues bueno, primero tocó hacer la compra para tres días -había que aguntar el sábado, domingo y el lunes de regreso con lo que compráramos ese día-, básicamente, la dieta de los mochileros: zumos, galletas, sandwiches, pepsi`s y algo de fruta,...

De ahí a la Gare Central de Bruselas, sin prisas, porque cada cuarto de hora había un tren que nos llevaba hasta Amberes, por cierto, el tren k pillamos llamado "regional" era una auténtica anticualla -si ya digo yo k nos tienen comido el coco, xk a la hora de la verdad no hay pais k se pueda comparar con nuestra España. Al salir de la remodelada estación giramos a la izquierda buscando el barrio judío y a través cientos de joyerías -casi todas cerradas, por la fiesta del Sabbath, aunk Begoña dice k por lo k vio en los escaparates las joyas no es k tuvieran un diseño mu exquisito- llegamos hasta las calles k conforman este barrio. Como no, casi todo cerrado y pululando unas cuantas familias de paseo con sus trajes de gala un poco a la antigua (como esos k se ven las pelis de los años 20 y 30), cuidadosamente hicimos unas cuantas fotos pa k no se molestaran. No sé, la verdad es k me sentí extraño haciendo de turista-viajero de esta forma.

El caso es k al final nos fuimos para el centro k estaba animadísimo de gente por las calles y "a to meter" nos dimos un paseo para ver la catedral, el ayuntamiento, los palacios del centro, las callejuelas y un poco (y de lejos) el castillo. Como ya era medidodía, rapiditos volvimos para la estación a pillar un tren a Lovaina.

Por desgracia, tuvimos que esperar al tren casi una hora, bueno por lo menos nos sirvió para relajarnos. La ciudad de Lovaina es pequeñita pero con una plaza mayor mu bonita, a lo cual hay que sumar un par de plazas más y unas cuantas callejuelas, pero lo mejor de todo es su aparente ambiente universitario -es k era verano y los estudiantes estaban fuera, no pidais más.

De regreso a Bruselas, aprovechando la preciosa noche nos dimos un borneo por el centro -es k la verdad, Bruselas es la única ciudad k dejamos sin visitar decentemente, pero ya volveremos- y nos encontramos en la Grand Place una feria de productos alimenticios artesanales,... y eso en Bélgica significa..... MUCHA CERVEZA, queso y caracoles. Nos pillamos un par de biers y un plato de caracoles que estaban buenísimos. Prometimos volver al día siguiente.

Luego seguimos paseando y descubrimos las calles animadas que hay tras la Grand Place -marcha a la belga-, bares y restaurantes a tope, normal, era sábado por la noche. El caso es k pasamos por un restaurante español que anunciaban tapas "a precio contenido" y, bueno, estas cosas no se deben hacer cuando uno sale fuera, pero es k estábmos hasta las narices de salsitas y fritos, así k nos metimos pa dentro pa comernos un plato de paella, una ensaladilla rusa, unas patatas a la brava, unos calamares a la romana y un par de vasos de sangría.... como Dios manda!