Amsterdam en plan "light"
Nuestra escapada a Amsterdam de dos días ha sido -además de mojada- mucho más light de lo que la gente "sonreía" por el camino, a todos los que le decíamos para donde íbamos nos miraban con una sonrisa picarona, y el caso es que lo nuestro ha sido más curiosidad (cotilleo) que otra cosa. Eso sí nos metimos por el Barrio Rojo, miramos escaparates de setas alucinógenas -viendo las propiedades de cada una- y ojeamos por los coffeshops.
Bueno, el caso es que la mañana del jueves en la que llegamos empezó un tanto tocidilla porque en Bruselas equivocamos un anden en el metro y nos costó llegar con 4 min. de retraso al tren lo que supuso que lo perdiéramos y tuvimos que esperar una hora hasta el siguiente. Luego al llegar al albergue (Stayokay del Voldparq -o algo así-) nos encontramos que no nos daban cama hasta las 3 de la tarde, así k nos tuvimos k dar un borneo por allí cerca.
Tras acomodarnos -k albergue era una pasada, sin duda el mejor que hemos pisado- nos largamos a quemar Amsterdam y al final la ciudad nos quemó a nosotros. Con tanto canal andamos desorientados todo el día, el caso es k no encontrábamos nada y andabamos en dirección contraria cdo queríamos ir a algún sitio en concreto. Lo mejor del día es que nos encontramos a los chavales madrileños de Mont Saint Michel y acabamos el día con ellos, metiéndonos por las zonas "golfas" de la ciudad, comiendo de merienda patatas fritas con salsa, viendo el rodaje de una peli en directo, hablando de todo y nada, pero sobre todo conociendo a Michael, el hombre de las 14 lenguas -o eso decía él que hablaba-, lástima que se tuviera que marchar al día siguiente a Berlín, de lo contrario habríamos cenado y visitado la ciudad con él.
El día siguiente lo pasamos calándonos, visitando el Rijmusem -me parece que se escribía así- con su fabulosa colección de pintura flamenca y paseando por la ciudad (vimos un mercadillo donde compramos un queso super curado -joer k olor k echaba.....; comimos en un indio cuya salsa de curry nos destrozó el estómago;.....). A eso de las 6 y 25 pillamos el tren con destino a Bruselas en tres horas que nos llevó directos a la cama sin pasar por la ducha.
Atrás dejamos una ciudad con mucha marcha y pocos monumentos, y en la taquilla del albergue una sopresa para el siguiente...... (resulta que allí nos habíamos encontrado una bolsita olvidada con marihuana, al principio bromeamos en llevarla para España, pero como no queríamos líos allí se quedó).
Bueno, el caso es que la mañana del jueves en la que llegamos empezó un tanto tocidilla porque en Bruselas equivocamos un anden en el metro y nos costó llegar con 4 min. de retraso al tren lo que supuso que lo perdiéramos y tuvimos que esperar una hora hasta el siguiente. Luego al llegar al albergue (Stayokay del Voldparq -o algo así-) nos encontramos que no nos daban cama hasta las 3 de la tarde, así k nos tuvimos k dar un borneo por allí cerca.
Tras acomodarnos -k albergue era una pasada, sin duda el mejor que hemos pisado- nos largamos a quemar Amsterdam y al final la ciudad nos quemó a nosotros. Con tanto canal andamos desorientados todo el día, el caso es k no encontrábamos nada y andabamos en dirección contraria cdo queríamos ir a algún sitio en concreto. Lo mejor del día es que nos encontramos a los chavales madrileños de Mont Saint Michel y acabamos el día con ellos, metiéndonos por las zonas "golfas" de la ciudad, comiendo de merienda patatas fritas con salsa, viendo el rodaje de una peli en directo, hablando de todo y nada, pero sobre todo conociendo a Michael, el hombre de las 14 lenguas -o eso decía él que hablaba-, lástima que se tuviera que marchar al día siguiente a Berlín, de lo contrario habríamos cenado y visitado la ciudad con él.
El día siguiente lo pasamos calándonos, visitando el Rijmusem -me parece que se escribía así- con su fabulosa colección de pintura flamenca y paseando por la ciudad (vimos un mercadillo donde compramos un queso super curado -joer k olor k echaba.....; comimos en un indio cuya salsa de curry nos destrozó el estómago;.....). A eso de las 6 y 25 pillamos el tren con destino a Bruselas en tres horas que nos llevó directos a la cama sin pasar por la ducha.
Atrás dejamos una ciudad con mucha marcha y pocos monumentos, y en la taquilla del albergue una sopresa para el siguiente...... (resulta que allí nos habíamos encontrado una bolsita olvidada con marihuana, al principio bromeamos en llevarla para España, pero como no queríamos líos allí se quedó).
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